BATALLA DE FRAY MARCOS EL 31 DE ENERO DE 1904 EN FLORIDA

 

1904. 30/01 - BATALLA DE FRAY MARCOS.




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A pocos días de comenzada la que sería la última guerra civil librada en el territorio de nuestro país en el año 1904, los territorios del departamento de Florida serían testigos de los primeros enfrentamientos protagonizados por las fuerzas revolucionarias bajo las órdenes del general nacionalista Aparicio Saravia y las tropas gubernistas que respondían al presidente José Batlle y Ordóñez.

MANSAVILLAGRA

El día 13 de enero las fuerzas del gobierno al mando del general Muniz, perseguidas por las nacionalistas (muy superiores en número, pero en su mayoría desarmadas y desprovistas de municiones), se retiraron en dirección a la estación de Mansavillagra, con la esperanza de poder recibir allí refuerzos mediante el ferrocarril, lo que así se verificó.

El 14 se produjo el ataque nacionalista sobre las tropas de Muniz, que estuvo a cargo de la vanguardia saravista. En la acción participó la División Florida, mandada por el coronel Antonio María Fernández. Comenzado el combate a las 8 de la mañana, concluyó aquél en la tarde; la superioridad tecnológica del ejército gubernista (que contaba con cañones y varias ametralladoras) hizo retroceder a los revolucionarios, que se vieron obligados a batirse en retirada.

ILLESCAS

La vanguardia que había participado en la acción de Mansavillagra, se retiró a la localidad de Illescas, donde se hallaba acampado el ejército principal bajo el mando del propio Aparicio Saravia. El día 15 de enero, al ver llegar a su vanguardia seguida de cerca por los soldados del gobierno, el caudillo nacionalista ordenó el repliegue de sus fuerzas, las que tomaron posiciones en las sierras de Illescas, siendo alcanzados al poco tiempo por el ejército de Muniz. El grueso del ejército revolucionario se colocó en reserva, debido a que carecía de armamento, contemplando desde la distancia la lucha. Después de una enconada resistencia, incapaz de resistir por más tiempo el fuego de los cañones y las ametralladoras enemigas, Saravia ordenó la retirada, la que así se verificó, con dirección a Nico Pérez, para luego escapar por las sierras de Valentines.

FRAY MARCOS

Un par de semanas después de los enfrentamientos en Mansavillagra e Illescas, las fuerzas nacionalistas y del gobierno volverían a enfrentarse en territorio floridense, sirviendo esta vez la localidad de Fray Marcos de escenario de la refriega.

En la madrugada del domingo 31 de enero, dio comienzo la acción en Fray Marcos, donde las fuerzas del gobierno al mando del general Muñoz sufrirían una estrepitosa derrota a manos del ejército del general Aparicio Saravia. La contienda se prolongaría hasta los primeros minutos del día siguiente, siendo uno de los combates más sangrientos de las luchas civiles dada la proporción de muertos y heridos en relación al número de combatientes.

ERROR FATAL

El general Muñoz, que ocupaba ambas orillas del río Santa Lucía, tuvo la funesta idea de cruzar todo su ejército a la margen izquierda, pensando que de esa manera les sería más fácil defenderse del inminente ataque nacionalista. Sin embargo, esta movida demostró ser un grave error táctico debido que, al abandonar la margen derecha, resignaron la posesión de la vía férrea que los comunicaba con San Ramón, desde donde podían recibir refuerzos. Aprovechando el error de Muñoz, los revolucionarios ocuparon rápidamente la vía férrea, dejando así totalmente aislada a la fuerza gubernista. Al llegar la noche, Saravia aprovechó la oscuridad para rodear totalmente a los hombres de Muñoz, quienes ingenuamente pensaban que el enemigo se había retirado.

EL COMBATE

El sábado 30 al despuntar la mañana dio inicio el tiroteo, después de que el día anterior un escuadrón gubernista al mando del Comandante Fallero resultara emboscado y desecho por los revolucionarios en el Paso de la Barranca.

Una carga de la caballería nacionalista marcó el comienzo del ataque el día 31, mientras el resto del ejército saravista, que había rodeado al ejército enemigo como se dijo anteriormente, abría fuego a discreción sobre las sorprendidas tropas de Muñoz. La crudeza del ataque y lo nutrido del fuego, hicieron que la caballería gubernista se desbandara, emprendiendo la retirada. El propio general Muñoz fue herido levemente por una bala. La infantería gubernista, al ver que la caballería huía, imitó su ejemplo, emprendiendo la retirada hacia un monte cercano, recibiendo sin piedad el fuego de fusilería de los revolucionarios allí emboscados.

UNA RETIRADA CAÓTICA

Desesperadas, las tropas de Muñoz emprendieron la huía hacia un paso a espaldas de Fray Marcos, sólo para ser sorprendidos y lanceados por la caballería de Mariano Saravia. En el campo de batalla en tanto, los revolucionarios habían comenzado a apoderarse de los cañones enemigos, que habían quedado desprotegidos por la infantería. Empero, los artilleros trataron de impedir que se los llevaran, lo que dio lugar a un enfrentamiento con armas blancas, puñetazos y hasta pedradas entre ambos contendientes.

Al concluir la contienda, los revolucionarios se hicieron con una victoria completa, alzándose con un cuantioso botín consistente en 17 carros de municiones, dos cañones, dos ametralladoras, más una gran cantidad de armas que quedaron tiradas en el campo, aparte de tomar más de 150 prisioneros. Como dato anecdótico, vale reseñar que uno de los prisioneros se llamaba Tomás Berreta, futuro presidente de la República.

 

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