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Ajedrez y neurociencia. Entrevista a Fernando Rguez. de Fonseca, médico, científico e investigador en neurobiología

diciembre 05, 2014 No hay comentarios NoticiasPrograma de radio "El Rincón del Ajedrez"ajedrezsocial

"El ajedrez retrasa al máximo los efectos cognitivos de la enfermedad"

 


Esta semana el tablero radiofónico se viste de ciencia y solemnidad. No exageramos ni presumimos si contamos que por los micrófonos de «El Rincón del Ajedrez» hemos tenido a una de las personas que más saben sobre el funcionamiento de nuestro aún muy desconocido cerebro. Hablamos del Dr. Fernando Rodríguez de Fonseca, médico, asesor científico e investigador en neurobiología del comportamiento y de las adicciones.



















El enrocado maestro Azuaga y su pieza amiga don Roberto López, preguntarán al profesor Fonseca por las relaciones que existen entre la práctica frecuente del ajedrez y los procesos cognitivos, el reconocimiento de patrones (tanto en el tablero como en nuestras vidas) o sobre cómo el ajedrez puede ayudar a nuestro cerebro a recuperar el control ejecutivo de nuestros actos y hábitos en casos de adicciones.

Con respecto a que el noble juego pueda ayudarnos en la prevención de enfermedades mentales como el Alzheimer, Rodríguez de Fonseca afirma con rotundidad:

"El ajedrez retrasa al máximo los efectos cognitivos de la enfermedad"

Alzheimer

El alto rigor académico y divulgativo del programa de esta semana es para el equipo de «El Rincón del Ajedrez» un verdadero motivo de orgullo profesional.

Oír a una eminencia como el Dr. Rodríguez de Fonseca defender, desde un punto de vista que es estrictamente científico, objetivo y razonado, los múltiples beneficios que la práctica del ajedrez nos puede ofrecer, no hace más que confirmar que los usos sociales y terapéuticos del ajedrez, aún hoy en estado semilla, tienen por delante una excelente y prometedora cosecha.

Fonseca postula:

"En los casos de adicción, el ajedrez te ayuda a que aprendas a usar de nuevo el control ejecutivo que has perdido"

 


Fernando Rguez. de Fonseca

Por supuesto, no faltarán las secciones habituales de «La Casilla del oyente», «Tablero deportivo» y «Quién dijo que»

La frase o soneto de esta semana dice así:

En su grave rincón, los jugadores

rigen las lentas piezas. El tablero

la demora hasta el alba en su severo

ámbito en que se odian dos colores.

 

Adentro irradian mágicos rigores

las formas: torre homérica, ligero

caballo, armada reina, rey postrero,

oblicuo alfil y peones agresores.

Ya sabéis que al primer oyente que nos mande la respuesta correcta le regalaremos un cariñoso aplauso radiofónico.

Podéis hacerlo vía Facebook twitter o por correo: ajedrezsocialandalucia@gmail.com


Roberto López (izq.), Rguez. de Fonseca y el maestro Azuaga en los estudios de Radio Victoria

¡Hasta la semana que viene! Porque prometemos más radio… ¡y más ajedrez!                                


 

 

 

 

LOS PROCESOS NEUROPSICOLÓGICOS EN EL AJEDREZ

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Cuando se habla de la gran mayoría de los deportes en el mundo, solemos pensar en la actividad física y las funciones musculares involucradas. Pues bien, existen muchos deportes en los que no es necesario hacer uso de la fuerza física sino de la fuerza cerebral. Esa fuerza que planea, organiza y controla mediante cada una de nuestras decisiones. Es así como el ajedrez es considerado un deporte cerebral en el que se ejercita, entrena y disciplina al cerebro.

BREVE HISTORIA DEL AJEDREZ

El ajedrez tiene su origen en la India, aproximadamente en el siglo VI (D.C.), y era conocido como Chaturanga o juego del ejército. Sin embargo, no fue sino hasta su llegada al reino árabe en donde se estudiaron y analizaron los mecanismos

del juego a profundidad. Los estudiosos árabes desarrollaron y afinaron las reglas del juego basándose en nociones matemáticas, algebraicas y estadísticas. En un principio, estas reglas harían más exacto el desarrollo de estrategias por parte de los jugadores al momento de tener un encuentro (Sullivan, 2018).

Por otra parte, durante la conquista del Imperio español sobre el Islam (cerca del año 700 y 900), el juego fue llevado a países como España e Italia, en donde fue practicado con las reglas que habían desarrollado los árabes. No obstante, no fue hasta el siglo XV y XVI en donde se implementarían las reglas que conocemos actualmente. Eventualmente, en los siglos XVII y XIX, era uno de los juegos preferidos de la aristocracia, reyes y políticos de la época (Sancho, 2020).

A partir del año 1862 en Londres, se llevó a cabo el primer juego de ajedrez de manera oficial. A partir de allí se implementarían reglas como el uso de un reloj, lo que permitiría un máximo de 2 horas de duración por partida. Posterior a este torneo se fueron ajustando reglas en las cuales se podía desenvolver de manera rápida y ágil cada uno de los participantes. Estas reglas se han ido modificando con el tiempo al punto de llegar al juego que conocemos actualmente. 

LOS EFECTOS CEREBRALES DEL AJEDREZ

En primer lugar, es importante mencionar que la práctica del ajedrez ayuda en diversos procesos mentales. Por consiguiente, no resulta difícil suponer que aporta grandes beneficios. 

Figura 1. Mapa topográfico en el que se localiza una mayor actividad en áreas temporales, parietales y occipitales. El color verde representa una mayor actividad, el amarillo una actividad moderada, en naranja se observa una actividad nula-activa y en rojo una actividad casi nula durante una partida de ajedrez (Fuentes-García et al., 2019)

Una investigación realizada por la Universidad de Extremadura, España (2019), planteó cómo el jugar ajedrez no solo involucra procesos mentales, sino que también implica aspectos fisiológicos. Mediante el estudio de jugadores de ajedrez a través de un análisis electroencefalográfico (EEG) se observó que existe una ligera alteración en ondas cerebrales Theta, la cuales son importantes para la atención dirigida y receptividad de información compleja. Adicionalmente, se observó una mayor actividad en regiones temporales y parietales (ver imagen

1). Esto, principalmente, por la liberación de sustancias como el cortisol, noradrenalina y dopamina, sustancias asociadas al aprendizaje, concentración y memoria (Fuentes-García et al., 2019). Todo esto nos permite comprender la compleja mecánica del ajedrez sobre el cerebro. 

LA MECÁNICA CEREBRAL DEL AJEDREZ EN NIÑOS

Figura 2. Resonancia magnética funcional (RMf), de participantes mientras juegan ajedrez. Se observa: a) Actividad cerebral para el desarrollo de empatía del participante durante el juego, b) comprensión del entorno, piezas y acciones, c) procesos visuales, analíticos y de razonamiento. Se observa de manera significativa la intercomunicación entre el hemisferio izquierdo y derecho (Powell et al., 2017).

Dentro de las múltiples funciones cerebrales que se usan en el momento de jugar ajedrez podemos señalar que no solo se logran desarrollar habilidades de análisis y estrategia, sino que, a edades tempranas, los niños logran desarrollarse de manera más social y empática. Esto, como resultado a la práctica de ajedrez que permite procesar la emoción de alegría al ganar y, del mismo modo, al perder. Y es que el estar en la posición de logro o pérdida es un proceso que ayudará a fortalecer las redes neuronales de la amígdala, áreas frontales y giro cingulado, todas ellas se encargan de controlar la personalidad, las emociones y el comportamiento, contribuyendo a la maduración cerebral del niño (Powell et al., 2017).

EL AJEDREZ EN JÓVENES

En los jóvenes, el juego ayuda principalmente al desarrollo de aptitudes cognitivas. Como resultado, da paso al mejoramiento de la memoria y permite la resolución de problemas tanto cotidianos como académicos. Es decir, a través del ensayo y error, los jóvenes pueden implementar estrategias de resolución de conflictos mediante métodos creativos.

Al realizar estos ejercicios se estimulan áreas específicas como el hipocampo (que se encarga de la memoria), la corteza entorrinal (que consolida y asocia la información visual), fortalecerá la comunicación entre el hemisferio izquierdo y el derecho (ayudando a buscar soluciones originales y poco comunes). Como resultado, podrá ser más estratégico y metódico. Si se practica de forma continua, el juego elevará considerablemente la atención. Como resultado, aporta a un mejor desempeño en clase, una mejor organización y hábitos de responsabilidad frente a la realización de tareas dentro y fuera del centro educativo.

LA FUNCIÓN DEL AJEDREZ EN ADULTOS

Eventualmente, con el paso del tiempo existe una poda neural programada que se produce en momentos específicos de la vida. Por lo tanto, es necesario ejercitar el cerebro de manera constante para poder generar procesos de plasticidad cerebral.

A partir de los 30 años, el cerebro comienza a deteriorarse. En algunos casos, pueden desarrollarse enfermedades como el Alzheimer, Parkinson u otros tipos de demencia, debido al estrés, los hábitos poco saludables, las rutinas de trabajo, entre otros factores. La práctica del ajedrez en la vida adulta ayuda a estimular áreas específicas que integran la emoción y la memoria, disminuyendo considerablemente la falta de concentración y estrés. Esto se produce gracias a la participación activa de áreas cerebrales como el hipocampo, tálamo y septum (Jänggi et al., 2014).

EL BENEFICIO DE JUGAR AJEDREZ EN EL SIGLO XXI

Como hemos visto a lo largo del artículo, el ajedrez se vuelve muy atractivo al momento de conocer sus beneficios en nuestro cerebro. Por lo que es clave compartir sus beneficios: 

1.- Mejora las habilidades matemáticas: En el campo de la neuropsicología se ha demostrado que las personas que practican este juego suelen tener mayores recursos cognitivos como un buen desarrollo de la memoria de trabajo involucrando procesamiento y funciones ejecutivas. Estas ayudan a comprender y tener un mejor razonamiento (Baddley y Hitch, 2005).


2.- Retención de información: Se debe al uso de memoria y los circuitos que involucran a las cortezas visuales, motoras e hipocampales. Principalmente, debido al cambio neuronal que activa a un conjunto de vías cerebrales que mejoran la comunicación entre las diferentes cortezas y hemisferios. En otras palabras, el cerebro se vuelve especialista en la recepción prolongada de información (Neumann et al., 2016). 

3.- Controla y domina impulsos: Cuando se comienza a practicar ajedrez la persona se ve obligada a planear jugadas de manera estratégica. Esto generará una mayor consciencia de cada acción.

4.- Desarrollo de Mindfulness: La reducción del estrés por atención plena se produce al focalizar la atención en las piezas, el tablero y el entorno. Como resultado, se va aprendiendo y adiestrando a la mente a centrar su atención en el aquí y el ahora. Como resultado, la práctica de este juego en personas con depresión y ansiedad ayudará a aumentar la sensación de bienestar y placer (Ludwing et al, 2008).

CONCLUSIÓN

Hablar de un juego que ha perdurado por tantos años nos permite comprender la importancia de este deporte cerebral. En este artículo hemos analizado los beneficios de ello a lo largo de la vida. Un deporte que nos permite explotar al máximo nuestras habilidades mentales y creativas mientras desarrolla la adquisición de habilidades y capacidades para la vida diaria. Sin dejar de lado que nos permite volver más activo a nuestro sistema nervioso, dando paso a una menor probabilidad de presentar un deterioro cerebral en el futuro. 

Así es un cerebro jugando al ajedrez

Técnicas de neuroimagen desvelan cómo el encéfalo decide estrategias exitosas de ataque y defensa

NUÑO DOMÍNGUEZ

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20 ABR 2015 - 12:12 BRT

Dos niños juegan en un torneo de shogi. LPSA

Keiji Tanaka lleva años explorando el cerebro de jugadores de ajedrez. En su interior, dice, está el secreto de cómo los humanos trazamos estrategias en nuestra vida, quizás una de las capacidades que más nos diferencian de otros animales. En la guerra, los negocios, el juego o incluso el amor, elegir una estrategia adecuada es clave para el éxito. Una gran cantidad de estudios se han centrado en la toma de decisiones en muchos campos, pero apenas ninguno ha intentado desvelar cómo esas decisiones están predeterminadas por una estrategia fijada de antemano.

Tanaka tiene 64 años, 42 de ellos dedicados a la neurociencia, y algunos ratos de ocio empleados en jugar al shogi, una variante japonesa del ajedrez. Al contrario que en el ajedrez convencional, en el shogi es mucho más fácil identificar si un jugador está siguiendo una estrategia ofensiva o defensiva. “Mi objetivo es averiguar cómo la gente determina su estrategia, especialmente en una situación complicada y que necesita una solución rápida”, explica Tanaka. “En este caso no se trata de una acción determinada, sino un grupo de acciones, como cuando un jugador de tenis decide subir a la red o cuando un general determina si hay que atacar al enemigo incluso cuando esto multiplica el riesgo para sus tropas”, detalla.

En un ingenioso y elegante estudio publicado hoy en Nature Neuroscience, Tanaka ha metido a 17 jugadores expertos de shogi en una máquina de imagen médica mientras proyectaba en su retina diferentes jugadas. Los participantes, no profesionales con una experiencia de unos 10 años en este juego, tenían seis segundos para verla y decidir si lo mejor era atacar o defenderse. Como experimento de control, se les presentaba una jugada en la que debían seguir una estrategia predeterminada (ataque o defensa) y simplemente elegir entre varios movimientos posibles.

La parte más cercana a la frente controla la estrategia defensiva. La posterior, en el otro extremo, es el epicentro de la estrategia ofensiva, según el trabajo

El experimento ha permitido identificar, por primera vez, dónde está el centro estratégico del cerebro. El trabajo muestra que hay un patrón de actividad cerebral característico cuando se elige una estrategia y que este es totalmente diferente al que aparece cuando se hacen movimientos concretos. El estudio se basa en una técnica de neuroimagen conocida como resonancia magnética funcional y que muestra qué partes del encéfalo se activan en cada momento. Según los resultados, las estrategias se fraguan en el giro cingulado. Si pone un dedo en la parte superior de la frente y lo desliza hacia la coronilla estará siguiendo su giro cingulado, una zona alargada que se sitúa justo en la mitad entre los dos hemisferios y a unos tres centímetros bajo su cráneo. La parte anterior del giro cingulado, la más cercana a la frente, controla la estrategia defensiva. La posterior, en el otro extremo, es el epicentro de la estrategia ofensiva, según el trabajo.

Máquinas contra humanos

Una de las conclusiones más interesantes del estudio es que la estrategia es intuitiva. Los jugadores no deciden de forma pausada y teniendo en cuenta todas las opciones posibles, sino más bien siguiendo su rápido juicio sobre la situación del tablero y los riesgos y beneficios de atacar o defenderse. Como explica Tanaka, se trata de una decisión anterior que determinará después otros movimientos concretos.

Un tablero de shogi K. TANAKA

Su trabajo, dice este investigador del Instituto Riken, en Japón, puede tener dos aplicaciones. “Hasta ahora conocíamos muchas zonas cerebrales relacionadas con acciones concretas, pero nunca se había estudiado las partes que determinan la estrategia”, reconoce Tanaka. “Mi interpretación de los resultados es que esta capacidad para decidir una estrategia muy rápido se desarrolla gracias al entrenamiento y es muy específica de cada actividad”, explica Tanaka. “Algunas personas lo usan para el shogi, otras para dirigir empresas y otras para cocinar, por ejemplo”, añade. El experto cree que este tipo de trabajo puede aplicarse para la educación. “Actualmente no tenemos una forma buena de enseñar estrategia y a veces ni siquiera los expertos en un campo saben explicar cómo tomaron decisiones exitosas”. Más adelante, este tipo de estudios pueden ayudar a desarrollar inteligencia artificial.

El shogi ha sido durante años un campo de pruebas para la inteligencia artificial en Japón. En este ajedrez el número de posibles jugadas en cada movimiento es mucho mayor que en el ajedrez convencional. Cada año, en Japón se organizan torneos entre ordenadores y jugadores profesionales. En 2013, un ordenador venció por primera vez a un humano.

APLICACIONES EN 'NEUROMARKETING'

Santiago Canals, un neurocientífico que no ha participado en el estudio, resalta su originalidad. “Para ellos era muy importante utilizar a jugadores expertos para el estudio porque así toman decisiones de forma muy rápida”. “esto”, añade, “es clave para relacionar la imagen cerebral con el proceso cognitivo que se está realizando en ese momento, en este caso la selección de una estrategia”, resalta. Canals cree que lo que Tanaka ve en los jugadores de shogi es, en general, totalmente extrapolable al cerebro de cualquiera de nosotros. También apunta a una tercera aplicación práctica de este tipo de trabajos. “Lo que muestra el estudio es que la elección de una u otra estrategia depende mucho del contexto concreto y de la intuición”, explica. “Esto podría ser usado en marketing, para saber, por ejemplo, de qué manera empaquetar un producto para influir en nuestra decisión”.

 

 

 

 

 

 

 

DOCUMENTO 1. NEUROCIENCIAS Y EL AJEDREZ

LOS EFECTOS CEREBRALES DEL AJEDREZ

En primer lugar, es importante mencionar que la práctica del ajedrez ayuda en diversos procesos mentales. Por consiguiente, no resulta difícil suponer que aporta grandes beneficios. 

Figura 1. Mapa topográfico en el que se localiza una mayor actividad en áreas temporales, parietales y occipitales. El color verde representa una mayor actividad, el amarillo una actividad moderada, en naranja se observa una actividad nula-activa y en rojo una actividad casi nula durante una partida de ajedrez (Fuentes-García et al., 2019)

Una investigación realizada por la Universidad de Extremadura, España (2019), planteó cómo el jugar ajedrez no solo involucra procesos mentales, sino que también implica aspectos fisiológicos. Mediante el estudio de jugadores de ajedrez a través de un análisis electroencefalográfico (EEG) se observó que existe una ligera alteración en ondas cerebrales Theta, la cuales son importantes para la atención dirigida y receptividad de información compleja. Adicionalmente, se observó una mayor actividad en regiones temporales y parietales (ver imagen1). Esto, principalmente, por la liberación de sustancias como el cortisol, noradrenalina y dopamina, sustancias asociadas al aprendizaje, concentración y memoria (Fuentes-García et al., 2019).

Todo esto nos permite comprender la compleja mecánica del ajedrez sobre el cerebro. 

 

 

 


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